Han pasado ya unos cuantos años desde que iniciamos las primeras reuniones para poner en marcha esta propuesta centrada en mejorar recogida de datos de diverso tipo relacionados con el cambio climático, las políticas de adaptación al cambio climático, así como la sensibilización y formación de diferentes colectivos de la Macaronesia en este ámbito.
Los resultados están ahí tanto a nivel científico, tecnológico, institucional y ciudadano. Y todo ello a pesar de la pandemia, que ha supuesto un cierto retraso en las tareas que debían desarrollar cada una de las instituciones implicadas.
Mejora de las capacidades meteorológicas de los tres países africanos socios del programa, una Estrategia de Adaptación al Cambio Climático en Gran Canaria, encuestas de percepción del cambio climáticos, datos oceanográficos, una Agenda de Transición Energética para Gran Canaria, un Inventario de Emisiones en Madeira… En fin, son muchos los hitos alcanzados.
También creo que hay que destacar las relaciones cordiales establecidas entre los socios del programa gracias al magnífico trabajo de Ellitoral y Codexca. Especial mención merece el liderazgo de Ezequiel Navío, promotor de la idea y culpable de embarcarme en esta interesante aventura.
Ahora solo cabe mirar atrás, reflexionar sobre los logros obtenidos y priorizar objetivos en aquello que nos quede por desarrollar. Estoy absolutamente seguro de que la mayor parte de los socios de MAC-CLIMA van a repetir con una nueva propuesta en la próxima convocatoria Interreg MAC. Ya estamos discutiendo ideas y borradores en el ámbito del cambio climático y la economía circular. La Macaronesia es un buen lugar para probar soluciones para afrontar las grandes incertidumbres que nos plantea este complejo mundo en el que nos ha tocado vivir.
